¿Por qué creamos este blog?

Fundamentación del proyecto

La niñez es una etapa caracterizada por la influencia del desarrollo cognitivo, es decir, es una etapa donde el niño comienza a interrelacionar, pensar y comprender mejor la vida. De acuerdo con Campo (2009)  los niños con edades comprendidas entre los 3 y 7 años se hallan en la llamada etapa de niñez temprana, caracterizada por grandes progresos en su capacidad de pensamiento, lenguaje y memoria. Se observa una mayor capacidad para el procesamiento de información como producto de conexiones que se establecen entre los lóbulos cerebrales. 
Asimismo,  Piaget (Cit. en Campo 2009) denominó a la etapa de niñez temprana, como etapa preoperacional caracterizándose por el surgimiento del pensamiento simbólico, el incremento en las capacidades lingüísticas, la construcción de ideas estructuradas y la mayor comprensión de las identidades, el espacio, la causalidad, la clasificación y el número, conceptos claves para el aprendizaje escolar. Es por ello que consideramos un buen momento de la vida para trabajar con los menores nuevos aprendizajes e intentar que incrementen su autonomía personal, dentro de sus posibilidades particulares, ya que no todos los niños aprenden y comprenden de la misma manera, sino que cada cual tiene su propia evolución personal, por lo que es importante que sientan un apoyo para el progreso en actividades de la vida diaria como pueden ser los aspectos que presentaremos a lo largo de nuestro trabajo. 
Igualmente, es fundamental inculcar habilidades sociales en los niños en esta edad ya que es el mejor momento para adquirir este tipo de aprendizajes que les servirán de gran ayuda a lo largo de toda su vida. Algunos de los objetivos que tiene el aprendizaje de habilidades sociales son: brindar a los niños elementos de socialización y cortesía, aportar a los niños herramientas de asertividad (capacidad de expresar eficazmente los propios deseos y necesidades), darle elementos de prevención y manejo de conflictos, y propiciar la construcción de vínculos sociales (McGinnis y Goldstein, s.f.). Nosotros en nuestro proyecto, nos centramos en el fomento de los dos primeros: brindar a los niños elementos de socialización y cortesía, y aportar herramientas de asertividad, enfocados siempre al desenvolvimiento dentro el hogar. Más concretamente, a través de las actividades, se fomentará el aprendizaje de habilidades de la vida cotidiana, tales como: horarios para la higiene, las comidas, el ocio y el descanso, la higiene y cuidado personal, el orden y limpieza del hogar, ayuda a los demás, ayuda en las tareas del hogar, cuidado de algún ser vivo y las normas de comportamiento dentro del hogar.
Además de las habilidades sociales, el desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación de todo niño. Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno socio cultural. Un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua, con poca iniciativa, de alguna manera sobre protegido, o por el contrario no estimulado. Los niños con pocos hábitos de autonomía, generalmente presentan problemas de aprendizaje y de relación con los demás. De ahí la importancia de su desarrollo: normalmente cuando progresan en este aspecto, también lo hacen en su aprendizaje y relación con los demás. Algunas de las consecuencias que tiene fomentar la autonomía desde una temprana edad son: sentido de la responsabilidad, capacidad de concentración, seguridad en uno mismo, motivación de logro, hábitos de estudio, razonamiento lógico, capacidad para pensar, capacidad de responsabilizarse de tareas cotidianas, desarrollo de la disciplina interna, conducta prosocial, empatía y altruismo, autoestima y autoconcepto, éxito social y protección de riesgos en la adolescencia (Vallet, 2011). Por este motivo nuestro proyecto, en gran parte, está enfocado al desarrollo de la autonomía personal del niño.
Por otro lado, sabemos que hay niños que aprenden con más facilidad que otros debido a un mayor apoyo educativo en sus casas, y a que se los ha estimulado adecuadamente desde pequeños. Pero también sabemos que hay un número muy elevado de padres que ejercen un estilo educativo permisivo y/o negligente, por lo que, el desarrollo cognitivo de los niños se ve debilitado por esta falta de atención.  Entendemos por  “estilo educativo” aquello que trata de crear unas coordenadas de regulación dentro de las que se enmarcan y describen las estrategias y mecanismos de socialización y educación que los progenitores ejercen sobre los hijos (traducidos en creencias, valores y comportamientos) que pretenden influir en su desarrollo integral (Aroca y Cánovas, 2012).
Basándonos en Fernández (2009) entendemos como un estilo permisivo, a aquellos progenitores que mantienen una relación filio parental en la que se da mucha comunicación y afecto, pero poco establecimiento de límites, entendido como poco control de su comportamiento. Del mismo modo, entendemos el estilo negligente, como aquellos padres que no muestran afecto a sus hijos, tienen bajos niveles de comunicación con ellos, no les establecen límites ni normas y tienen poco control de su comportamiento. Hay una enorme cantidad de niños que no tiene un estilo parental adecuado, lo cual hace que se encuentren con carencias de aprendizajes de habilidades sociales, de higiene y autonomía personal, por ello hemos enfocado nuestro proyecto hacia esos pilares.
Otro motivo que nos ha inspirado a la realización de este proyecto, es la cantidad de familias que padecen exclusión social o que se han visto afectadas por la actual crisis económica. En los tiempos actuales, encontramos una situación económica y familiar donde según el informe FOESSA (2014) se da un proceso doble de empobrecimiento de la sociedad española, caracterizado por una caída de las rentas y el aumento de la desigualdad en su reparto, con un hundimiento de las rentas más bajas. Esto supone que el porcentaje de hogares sin ingresos haya crecido en gran medida los últimos años. Son pocos los afortunados que disfrutan de una economía estable, siendo un alto porcentaje de la población quienes trabajan bajo difícil situaciones laborales como trabajos precarios, horas no remuneradas, etc. Creemos que una de las mayores consecuencias que podemos encontrar respecto a esto es el aumento de problemas familiares debido a las carencias económicas o debido a encontrarse en situación de exclusión, provocando así en muchos casos, los padres, no poder dedicarles mucho tiempo a sus hijos por la cantidad de horas que tienen que trabajar para poder mantener su economía  o por lo contrario, debido a los problemas personales que puede llegar a provocar esta situación (depresión, estrés, etc.),  llegando así a una desatención de sus hijos. 
Hemos apreciado que, debido a que las nuevas tecnologías están en el día a día de las casas de la mayoría de los jóvenes, ésta sería una forma innovadora y divertida de motivar a los niños a que aprendan estas habilidades. Además, según Quiroz & Schrager (1993. Cit. en Campo, 2009)  el niño mantiene la atención durante más tiempo en aquellas actividades que le interesan, y ello le permite apreciar mejor los acontecimientos que se producen a su alrededor, interpretar adecuadamente las explicaciones recibidas o seguir un determinado plan de juegos; es decir, que el control de la atención le posibilita aprender y estimular en mayor grado su inteligencia. por lo que hacerlo de esta forma tan dinámica puede resultar un aprendizaje más significativo para el niño.

Bibliografía:

Aroca, C. y Cánovas, P. (2012). Los estilos educativos parentales desde los modelos interactivo y de construcción conjunta: Revisión de las investigaciones. Revista Teoría de la Educación. Vol 24, nº2, 149-176. Recuperado de: http://revistas.usal.es/index.php/1130-3743/article/viewFile/10359/10798
Campo, L.A. (2009). Características del desarrollo del niño y del lenguaje en edad preescolar. Psicogente, Vol. 12, nº 22, 341-351. Recuperado de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3265120
Fernández, M.P. (2009). Los estilos educativos de los padres y madres. Revista Digital “Innovación y experiencias educativas”, Marzo, nº16. Recuperado de: http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_16/PILAR_FERNANDEZ_2.pdf
Goldstein, A. P., McGinnis, E. PROGRAMA DE HABILIDADES PARA LA INFANCIA TEMPRANA. (s/f). La enseñanza de habilidades prosociales a los niños de preescolar y jardín infantil. Unión Temporal: Centro persona y Familia – Fundación para el Bienestar Humano – SURGIR. Recuperado de: http://www.oei.es/inicial/articulos/habilidades_infancia.pdf
Vallet, M. (2011). Educar a niños y niñas de 0 a 6 años. España: Wolters Kluwer Educación.









No hay comentarios:

Publicar un comentario